K a m i k a k u s h i (神 隠 し)
神 隠 し
Hay una luz que envuelve el vacío
Un silencio que precede al estruendoMiro hacia afuera y contemplo hacia dentro
Formaré parte de lo invisible
Y puede que falle algo
Que pierda el rumbo y me extravíe
Pero observo hacia dentro y me envuelve una luz
Puedo oír las olas
Emergen a la distancia y baten con fuerza.
Escucho el ir y venir del mar
Y desaparecen los límites.
Inhalo sin sobresalto.
Y se dice de todo en un silencio inmutable
Estático, firme e inmanente
Formo parte de la invisible inmensidad.
Nos transformamos en perpendiculares aristas.
Se nace, se madura, se envejece y se vuelve.
Y qué más da si no pensamos por un instante
Y nos sobrecoge un sosiego inadvertido.
Y eliminamos el pensamiento por completo.
No hay prosa ni verso.
Trascendió el poeta.
Por ejemplo, López Velarde no conoció el mar.
Hay una voz en el bosque qué me llama
recuerdo únicamente lo que no he vivido
Acumulo indulgencias
Escribo una letra y deja de pertenecerme.
Formaré parte de lo invisible
Y puede que falle algo
Que pierda el rumbo y me extravíe
Pero observo hacia dentro y me envuelve una luz
Puedo oír las olas
Emergen a la distancia y baten con fuerza.
Escucho el ir y venir del mar
Y desaparecen los límites.
Inhalo sin sobresalto.
Y se dice de todo en un silencio inmutable
Estático, firme e inmanente
Formo parte de la invisible inmensidad.
Nos transformamos en perpendiculares aristas.
Se nace, se madura, se envejece y se vuelve.
Y qué más da si no pensamos por un instante
Y nos sobrecoge un sosiego inadvertido.
Y eliminamos el pensamiento por completo.
No hay prosa ni verso.
Trascendió el poeta.
Por ejemplo, López Velarde no conoció el mar.
Hay una voz en el bosque qué me llama
recuerdo únicamente lo que no he vivido
Decidí escribir en verso
Anhelo ser poeta
Decir que escribí un poemario
compilación de versos sobre las aves
un volumen que sirva de yesca
cientos de hojas acumuladas
para hacer arder una hoguera,
extraer de sus cenizas las letras.
Y recuerdo pocas cosas. Un poema de Warpola sobre la invisibilidad. Recuerdo adentrarme en el bosque y recostarme bajo un árbol. Contemplar su corteza y la perfección de sus hojas. Sentir las raíces envolver mi cuerpo. Percibir con claridad la transmutación. Pronto aprendí a comunicarme con el resto. Desarrollé tropismo para mantenerme en lo alto. Se me confió el secreto de las aves. Todos somos todos.
Acumulo indulgencias
Escribo una letra y deja de pertenecerme.
Nada ya nos pertenece
Acaso el pensamiento, por tiempo limitado
Y yo que pensaba caminar contigo un tiempo más.
¿En qué abismo nos encontramos?
Son los mares cósmicos.
Rotación acelerada.
Consuelo espiritual.
Nos traicionó el destino que forjamos.
Se acerca el final del viaje.
De tu ira sagrada.
Y surcaremos las olas.
Dejará el yo de existir.
Plectro intangible y visceral
Tenso las drizas sobre el mástil.
Me sumerjo en un mundo onírico y levitatorio.
Sonido órfico.
Respiración y zozobra.
El eterno espacio sin discurso.
Escucho por última vez tu voz.
La voz del agua.
La voz del mar.
Circula de un modo invisible mi realidad concreta.
Desaparezco para buscarme.
Encontrarme poco a poco a mí mismo.
No ser más un ser humano
En todo caso un pez que escapa.
Que se adentra en la quietud.
Esporas de dientes de león.
Hoy es ayer y mañana es igual que siempre.
Retomo posición de calma
Porque debo aprender a relajarme
Me arropa el silencio y su suave luz
Retornaré a los campos de cereales.
Caminaré de nuevo sobre el aire.
Se extinguirá el sentido del tiempo y el espacio.
Se extinguirá el canto del jilguero
el eterno vuelo del vencejo
la iridiscencia del Quetzal.
Y yo que pensaba caminar contigo un tiempo más.
¿En qué abismo nos encontramos?
Son los mares cósmicos.
Rotación acelerada.
Consuelo espiritual.
Nos traicionó el destino que forjamos.
Se acerca el final del viaje.
De tu ira sagrada.
Y surcaremos las olas.
Dejará el yo de existir.
Plectro intangible y visceral
Tenso las drizas sobre el mástil.
Me sumerjo en un mundo onírico y levitatorio.
Sonido órfico.
Respiración y zozobra.
El eterno espacio sin discurso.
Escucho por última vez tu voz.
La voz del agua.
La voz del mar.
Circula de un modo invisible mi realidad concreta.
Desaparezco para buscarme.
Encontrarme poco a poco a mí mismo.
No ser más un ser humano
En todo caso un pez que escapa.
Que se adentra en la quietud.
Esporas de dientes de león.
Hoy es ayer y mañana es igual que siempre.
Retomo posición de calma
Porque debo aprender a relajarme
Me arropa el silencio y su suave luz
Retornaré a los campos de cereales.
Caminaré de nuevo sobre el aire.
Se extinguirá el sentido del tiempo y el espacio.
Se extinguirá el canto del jilguero
el eterno vuelo del vencejo
la iridiscencia del Quetzal.
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